jueves, 3 de enero de 2013

EGIPTO SURREAL




Una imagen pintada en el cielo azul, tangible  y real.

... Y sí estuviéramos en Egipto, sí en Egipto se pudiera volar, sí esa mariposa no fuera imposible de reconstruir....

Se puede viajar en la imaginación, en el espacio, en el tiempo y hallar un lugar intemporal, casi irreal, en dónde los perjuicios se van al suelo, en dónde volvemos a ser niños, sin malicia, sin memoria, sin venganza, sin tanta guerra que nos separa. El drama humano se evidencia en las tensiones que genera la posibilidad de sabernos próximos a la muerte, todos los días morimos lentamente sin darnos cuenta, todos los días son oportunidades para vivir algo nuevo, casi impensable.

Las barreras mentales no permiten ver más allá, los sentidos desbordados abren un mundo de posibilidades que permite conocer, cuestionar e indagar. La incertidumbre acecha, el miedo se vuelve connatural, mientras Nefertiti sonríe desde su tumba, sin arrepentimientos, sin temores, sin develar su rostro, porque el amor no termina de abarcarla, porque su pasión desborda todo límite de realidad y se atreve a soñar. La memoria marca un cielo azul, un cielo multicolor, el sabor de la libertad y la preeminencia de lo prohibido. El Egipto histórico, de plagas y pasiones, nos inunda y nos habita. La historia es cíclica, el poder nos desgarra, volar sigue siendo posible, volar sigue siendo real. 

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