lunes, 3 de junio de 2013



COMO RECIBIENDO AL MUNDO...


El mundo parece un niño, pero el mundo es un sabio que lo contiene todo, que lo conoce todo. Conoce el día como la noche. Conoce la muerte como la vida, conoce el amor como la desilusión, la risa como el llanto. 

El mundo llega con la noche; se le recibe en la oscuridad que posibilita el placer de hacer de nuestra vida una esencia auténtica, indecible, inalcanzable, sin quebranto. El poeta no deja de escribir y de describir su misterio, sin embargo, su cabeza afianza la necesidad de dejar de plasmar sus visiones, como un ejercicio de huella, de recuerdo y de espanto. 


Las palabras del poeta son como los amigos confidentes que le faltan, son ellas las que saben del cúmulo de locura que contiene cada historia y cada canto. Un ciclo de muchas historias entrecruzadas, una historia de mucha vida: un sol desértico aniquilado, un tiempo prudente, un  sueño desbocado, el arte extinguido, un poder ausente y la guerra como certeza de la única realidad presente, en este recorrido tan poco santo.


¿En dónde queda lo vivido,  en dónde queda lo soñado? En la mente y en el corazón. El mundo no tiene conciencia de si, por eso recibe cada día como una nueva oportunidad, sin cargas de antaño, no le interesa vivir en el pasado, el ritmo intenso de la vida que lleva inquiere una mirada puesta en el futuro, así no queda tiempo de volver la vista atrás, por eso el poeta ya sabe que debe vivir más y no escribir tanto. 

En este mundo cohabitan todos los seres, seres de mil mundos, mundos de mil seres. Espejos, rostros, vibraciones. Un mundo que conoce el sufrimiento, la rabia, la traición, pero ante todo un mundo en el que se sueña tanto, un mundo de esperanza, de sorpresa, de resistencia, un mundo para caminar libremente, un mundo místico que siempre responde, un mundo en el que no sirve rogar, sin al menos un encanto.

Somos del mundo.... ¿y qué es del mundo? Los lujos, los cuerpos, el aquí, el ahora, el presente con toda su materialidad, la realidad, la venganza, el aprendizaje, la perdida, el miedo, la valentía, la incomprensión, el inicio de lo desconocido, la diversión, el placer, el abismo, la ebriedad, la verdad, la palabra, los vínculos, el control, el descontrol, el agua y el viento.

En el mundo se sueña, pero en él se anda y se enfrenta la vida. Sobre el mundo se vuela, en el mundo se habla, en el mundo se actúa, en el mundo se calla. 

El alto mundo, la banalidad del dinero; el bajo mundo, el mundo de las emociones fuertes y los dolores intensos, el lugar en donde vivir es lo alto; el mundo intermedio, un mundo de desencanto; el mundo planetario, infinito como dos ceros juntos; el mundo local, sutil; el mundo nacional de fronteras difusas; el mundo entero, como es, sin construcciones mentales que le pongan límites, el mundo de millones de pensamientos, el mundo de mil emociones, el mundo que nos tocó, el que construimos, el que besamos, el que se aleja, el que está ahí, el que se pierde sí morimos en batalla, el que nos enseña a vivir, el que nos impulsa a volar, el mundo del baile, del color, de la tranquilidad, el mundo que se expone frente al riesgo, el mundo que cuida, el mundo que respira, que dialéctica y sincronizadamente llega cuando se necesita, con toda su contradicción y siempre con la respuesta acertada que se requiere en la evolución continua de cada antagonismo. 


jueves, 23 de mayo de 2013




SOBRE UNA PEQUEÑA Y SIGNIFICATIVA REVOLUCIÓN

Máscaras, nostalgias que crecen y el peor momento para separarse. ¿Por qué dejarlo todo cuando nada está claro? El poeta no entiende nada, la música no ayuda, solo queda un quehacer transformador que se traduce en la única y la más vital esperanza. Resistir, al poeta se le cruza este pensamiento y prefiere detenerse ante el abismo que se abre cada segundo. ¿En dónde está el amor?, ¿sigue estando en el chocolate o ya cambió de lugar?... ¿en dónde habita el perdón?, tal vez en la victoria frente al orgullo. Carrera de egos, de falta de visión, y también de todo lo contrario... como nada se sabe, depronto lo más acertado sea quitarse el velo, enfrentar el cielo bajo la luz, ver el rostro del otro, del extranjero, del foráneo, del desconocido, asustarse, correr, llorar, perder la confortable estabilidad, para ver ¿qué llega?... la sorpresa, la vida siempre está en movimiento, nunca está quieta, algo trae, lo REAL.

Cada crisis contrae un momento de turbulencia, pero permite ver más allá, ese qué vendrá, qué hay detrás de .... cada quien necesita su propia revolución, antes de empezar a caminar con otros en una ruta colectiva. 

Miedo, soledad, dolor, angustia, desesperación, melancolía ... todo entrecruzado en los días que se van, que siguen pasando, que traerán monumentos; pequeños sueños que se convierten en la ilusión de cada día; sonrisas que no salen del recuerdo, que nacen del día, del sol, de los colores, del salirse de este mundo, de ver ese otro-lado cortazariano, de perseguir los telones, de destruir los espejos, de vernos frente a frente con nuestros ángeles, con nuestros demonios. No somos perfectos, no pretendemos serlo. Somos así, sin más ni más, somos, caminamos, andamos, vivimos, soñamos, disfrutamos, lloramos, y sin más también nos equivocamos, todos morimos y lo hacemos para nacer nuevos, vestidos de flor, de cuento, de canción, de caminos, de balas, de alientos, de nubes, de una vida nueva que siempre se inicia en cada clausura, en cada renuncia, en cada final. 

El cosmos conspirando, el todo revolviéndose, las entrañas removiéndose, y ante todo los ojos que no fallan, encontrando señales como adagios. 

jueves, 3 de enero de 2013

EGIPTO SURREAL




Una imagen pintada en el cielo azul, tangible  y real.

... Y sí estuviéramos en Egipto, sí en Egipto se pudiera volar, sí esa mariposa no fuera imposible de reconstruir....

Se puede viajar en la imaginación, en el espacio, en el tiempo y hallar un lugar intemporal, casi irreal, en dónde los perjuicios se van al suelo, en dónde volvemos a ser niños, sin malicia, sin memoria, sin venganza, sin tanta guerra que nos separa. El drama humano se evidencia en las tensiones que genera la posibilidad de sabernos próximos a la muerte, todos los días morimos lentamente sin darnos cuenta, todos los días son oportunidades para vivir algo nuevo, casi impensable.

Las barreras mentales no permiten ver más allá, los sentidos desbordados abren un mundo de posibilidades que permite conocer, cuestionar e indagar. La incertidumbre acecha, el miedo se vuelve connatural, mientras Nefertiti sonríe desde su tumba, sin arrepentimientos, sin temores, sin develar su rostro, porque el amor no termina de abarcarla, porque su pasión desborda todo límite de realidad y se atreve a soñar. La memoria marca un cielo azul, un cielo multicolor, el sabor de la libertad y la preeminencia de lo prohibido. El Egipto histórico, de plagas y pasiones, nos inunda y nos habita. La historia es cíclica, el poder nos desgarra, volar sigue siendo posible, volar sigue siendo real.