domingo, 3 de julio de 2011

Princesa Amnesia


Compañera de viaje de en un vuelo taciturno, 
sólo recuerdo que tengo miedo.
Tú conoces el lugar del olvido, 
eres su princesa porque recorres todos sus submundos paralelos, 
esos lugares surreales que te enloquecen con sus susurros. 
Creo que todo es inexistente, hasta esta noche llena de frío.
El poeta vive creando realidades paralelas para poder sobrevivir.
Esta extraña incomodidad de vulnerabilidad no le permite soñar.
La sonrisa de la princesa amnesia se ha perdido.
Se pierde por instantes, regresa.
Hace largos lustros que olvidó olvidar.
El recuerdo está lleno de vacíos, de historias que jamás sucedieron.
La princesa amnesia enloqueció y olvidó su realidad. 
Princesa amnesia ¿qué has hecho con todo lo vivido?
¿Por qué tiemblas? ¿Por qué quieres que amanezca rápido?
Temes a los espejos y sólo conoces el camino que está adelante, 
entonces, ¿por qué quieres olvidarte ya del futuro?
Temes que esta vida sea imaginaria, otra creación irreal.
Sientes que nada existe, que todo es distinto a lo que parece.
Nada importa ya.
El poeta te evade y es ese su castigo, en su huida te encuentra.
Princesa amnesia, meditabunda, callejera, inhóspita.
Princesa amnesia, ¿por qué ahora ocupas mi lugar?
Princesa amnesia, yo muero y tu vas venciendo en esta guerra contra la historia.
Princesa amnesia, libera al poeta.
Princesa, déjalo volar. 

miércoles, 15 de junio de 2011

Automática de Verdad

Viene con ella, a veces llega como el azar, sin pedirlo, como si fuera natural. 
Así se presenta, es el aroma de un recuerdo que se escapó mágico, compenetró con la poesía y se hizo viento, aire y crepúsculo. 
El aliento del valle es una visita y la espera se siente como el compromiso con una ventana, como si fuera con el pájaro del vidrio roto, con una comparsa, o con el humo, como si éste fuera carnaval.
La tristeza se esconde en el piano del desencanto. Temor, angustia y espanto. No todo puede ser alegría.
Un sombrero loco que grita libertad, mientras la tortuga anhela sus alas, el mar anhela la gaviota y el niño sólo quiere entender el cielo.
¿Por qué se perdió la palabra? porque estaba vestida de colores y porque todo tiene una llegada y una salida, un arriba y un abajo, un claro y un oscuro, y porque el poeta se esconde en sus novelas y se revela en sus misterios. ¿Qué hay aquí? 
Un respiro que contiene el mundo. 

LA BALANZA


La búsqueda de equilibro se suspende en la cadena de los pájaros que vuelan. 
El tiempo se convierte en el vagón de miradas lejanas imaginarias.
La cadena se rompe y la balanza sonríe y se menea victoriosa. 
La balanza tiene una complicidad oscura con el tiempo. 
La balanza es una excelente camarada del olvido. 
El tiempo le avisa a la balanza, que el olvido si existe y el costo es tan alto, que desbalancea la balanza. 
Pero la balanza vuelve a reírse y sarcástica afirma que todo tiene un límite y un tiempo. 
No siempre se pesan las mismas alegrías y las mismas tristezas. 
La memoria a veces no da para tanto.
La balanza mide en el tiempo-ahora, la cadencia y la altura de los pájaros que sobrevuelan el cielo, no los cielos antaños, no los cielos limpios e inocentes, no los cielos rojos y turbulentos. 
Mira este cielo, mira sus pájaros, mide el vuelo y se marcha. 
Así, tranquila, expectante e imponente, la balanza siempre mide lo que quiere.
Lo que la balanza pesó ayer, no pesará igual mañana.
La balanza es un  instrumento tan histórico como el tiempo.