martes, 6 de abril de 2010

LOS COLORES DE LA NOCHE




















En la noche:
¿dónde habitan los colores?
¿se van a dormir?
y entonces .... mientras tanto...la lluvia cae, los rayos y sus estruendos anuncian la llegada de una nueva tormenta.
¿Qué trae ahora? La pregunta latente.
¿Cómo se llenan los lienzos de color cuando la vida se desvanece?.
No se puede evitar que el círculo se pierda en sí mismo, como una botella desbordada, como un alar enredado, un balcón ausente, una mirada imposible, un tono indiferente.
La historia anuncia un tiempo-ahora politizado, deberíamos estar gritando, aunque sea en el silencio, pero los colores se van en la noche, nada queda.
La filosofía traduce la esperanza en teoría, conceptualiza corazones y la razón hace fiestas en el palacio del bicolor, una vida en blanco y negro, aún sin revelar.
Una vida irreal. La vida onírica tiene sus propios matices.
Una vida azul, profunda, oscura y secreta.
Una vida roja, desangrada pero palpitante.
Una vida naranja, como un atardecer de sueño.
Una vida violeta, disipada en el horizonte.
Una vida verde, como la montaña que nos hace respirar.
Una vida amarilla, como ese sol que nos da la guía.
¿Y ahora?, ¿en el instante?, un lienzo vacío, una vida en quietud,
una lluvia que cae, lavando la cara del artista,
plasmando el color gris-azul de la muerte en la distancia.
Por eso los escarabajos preferimos amanecer.
Las gaviotas -aunque dormidas- anuncian un cielo de mil colores, donde se vislumbra un color imposible, en un cielo que es el lienzo de los soñadores, que se resisten a la pequeña muerte y que llevan consigo las huellas de la añoranza.
Colores y guerra, verde oscuro, sangre de inocentes pisoteada.
Colores y arte, un cuadro surrealista que rescata el marinero perdido, el pintor de los dedos de cristal y el rostro sin revelar de la muchacha en la ventana.
Colores y misterio, un libro por escribir, relatos por narrar, bocas negadas.
Colores y símbolos. Un lienzo roto, en una noche de lágrimas y ausencia.
De dolor y vacío. de angustia y soledad.
De recuerdos que se fueron.
De días que ya no serán más.
Colores y diversidad, la pluralidad que encarna la esencia natural,
la creación, la permanente posibilidad.
Colores y utopía. Un corazón vital, que está en una cuerda floja, donde la contradicción irresuelta, marca y desdibuja el devenir rizomático de la historia que se desenvuelve entre el amor y la política, entre el corazón y el poder.
Mil colores que no alcanzan a contemplar el rostro de la mujer amada, que se evade entre las sombras de una noche en la que fue tan nuestra -y al mismo tiempo- tan lejana.



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