lunes, 5 de abril de 2010

A propósito de: "LLORARLO TODO, PERO LLORARLO BIEN"




















La nostalgia llega como un papel de servilleta que hace apología a un instante profundamente vívido. La nostalgia se va y nos deja vacíos. El sentimiento surge de una metáfora, de una pequeña demencia, de una locura traviesa, de una aventura compartida.
Sentimiento y nostalgia van de la mano, por las calles, por los parques, entretejiendo paisajes y almas, que desbordadas no encuentran otra forma más de ser,que juntándose. Es esta voz que dicta lo que escribo, es esta luz que ilumina la oscuridad, y que se hace comprensible en el gesto del encanto. La nostalgia -es acaso- esta sensación que va y viene como las olas del mar, como la ausencia de esto que está, pero también de su clara temporalidad. La nostalgia es presencia.
La melancolía es pasado, es ausencia real, es lágrima indestructible, es tiempo inaprensible, es no poder modificar inconscientemente el recuerdo, ni del dolor, ni de la alegría. Tal vez ocultarlo, pasmarlo o plasmarlo, reconociendo su efecto, su huella en el cuerpo marcado por las señales del viento, del mar, de la lluvia, de una tarde de domingo que ya no existe más, de un viaje que no se puede repetir, de un vuelo que ya no se verá más, de un recorrido infinito entre montañas de mil colores, que siempre se hará otro.

2 comentarios:

  1. la nostalgia y la melancolia...reconocerla es vivir en ella, y el vacio es causa y efecto de un dolor oculto... procurar de ser feliz es la amplia tarea de los hombres de cualquier indole... la vida si es de mil colores, es hora de empezar a pintarla con el pincel...

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  2. tengo que leerlo muchas veces jejeje cada ves le encuentro algo jaja

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